domingo, 28 de septiembre de 2014

MOMENTOS



Vivo momentos pasados, recuerdos que acompañan emociones que creía olvidadas. Fui creando, capa tras capa, una falsa protección, enterrando lo que me hace daño, intentando recuperar  la calma y serenidad desde siempre añorada y apenas conseguida. Sentir quien soy sin llamar en la puerta del ayer, soltar hojas que fueron vida y acabaron en muerte,    como el árbol en otoño. Pero siempre hay algo o alguien que  tumba ese débil muro, construido en noches que no debieron existir.
Y deseo desaparecer. Destruir en mi lo que pudo ser, no fue y tampoco será.
Y deseo dejar de escribir patéticas palabras que buscan un  alivio que no llega. Y la noche ha regresado. Y temo volver a dormir por que ellas también lo han hecho. Con un variado espectro de temas, puedo elegir muerte, destrucción o dolor, pero siempre con el mismo final. Hablo con gente que no comprende y ni siquiera me sorprende. El agua del río, o la del mar, nunca es la misma y sin embargo yo la veo siempre igual. No tengo amigos por que siempre les fallo, o lo creen así. O me fallan, o lo creo así. Y sin embargo me dicen lo contrario. Me enamoro siempre de las personas equivocadas y no se como evitarlo, por que los sentimientos nunca son racionales. Y tampoco puedo evitar seguir haciéndolo. Y duele, siempre duele
Leo a gente que no comprendo igual prosa que poesía y me gustan a pesar de ello, aunque no consigo saber por que.
Tengo un trabajo de mierda y debo estar contento y sueños que nunca se cumplen ni se cumplirán, probablemente.  He olvidado el placer de comer y lo hago para subsistir, pero no el de beber que me ayuda a nublar la mente y  vivir mi propia mentira.
Miro a un mar que deseo y no tengo. A una luna que me atrae voluptuosamente, como una mujer inalcanzable. A la gente que me rodea y a la que se cruza en mi camino con miradas  vacías o llenas y siento envidia por que parecen felices

Y la presión sigue aumentando en mi particular olla y algún día, la válvula de seguridad fallará, por que todo acaba fallando.

sábado, 13 de septiembre de 2014

DE AMISTAD, ESPINACAS Y CAVA


La cebolla va pochando despacio, con el tempo que  marca Cecilia Bartoli interpretando a Scarlatti. Y recuerdo la conversación mantenida anoche con una amiga,  sobre eso, la amistad. Sobre el concepto y su degradación. Sobre la dificultad para mantenerla limpia, pura, sin que otros elementos la acaben adulterando. Las espinacas ya han sufrido la cocción necesaria y reposan esperando su segundo momento. El cava esta excelente. El paladar, al tomarlo me devuelve imágenes de playa, de Mediterráneo, de percebes y arroz, de conversaciones interminables en noches interminables. Recuerdos que se mezclan con los anteriores, por haberlos vividos con amigos, que no lo fueron.
Es momento de añadir el ajo laminado para perfumar, las uvas pasas y las nueces. Lo  hago por intuición,  la cebolla roja de Figueres no avisa con el cambio de color. Hicimos una reflexión sobre los tipos de amistad. No los hay, le dije, o se es o no se es. Alguien que se llama amigo y su relación contigo consiste en la felicitación de Navidad o el cumpleaños o  la frase típica de “a ver cuando quedamos a cenar o tomar una copa y charlamos”  no lo es, en el mejor de los casos es un conocido al que le tienes cariño.  Aumento el calor en la Vitro para sofreír las espinacas que acabo de añadir a lo anterior. Los huevos ya se han atemperado y es momento de batirlos. Nosotros, mi amiga y yo, después de bastantes meses, hemos evaluado si queremos y si seremos capaces de serlo. Los dos queremos y el tiempo dirá si somos capaces de serlo o nos quedaremos en el sucedáneo. Hoy no hay forma de saberlo.  El huevo batido cuaja con rapidez y hay que mezclar deprisa para hacer una distribución homogénea.
La Bártoli se toma un merecido descanso, pruebo el plato y me gusta. El Brut Nature, que sigue estando de muerte, tendrá esta vez un extraño maridaje, pero de dos cosas buenas no puede resultar una mala.
Ojala la vida fuese así de sencilla      

domingo, 7 de septiembre de 2014

DE LUGARES ENCANTADOS



Aquellos en los que quedó, algo  de nosotros. Donde el amor y el dolor dejaron señales delebles  o indelebles.
Lugares que la memoria guarda sin posición GPS. Regresé a algunos de ellos y sentí, sin ver, la magia que perdura, que permanece adherida a los árboles, los  parques, las playas. Y a otros menos románticos, o no,  los bares, los restaurantes, los paseos por la ciudad, intentando conocer y ser conocido. Interminables noches llenas de alcohol y besos que impidieron el sexo deseado. Y volví a vivir lo bueno y malo acontecido.  Noches de un octubre viejo,  arropados por el césped y las estrellas. Deseando besar y ser besado entre risas y poemas. Recuperando un principio que no fue. Proyectando ilusiones en un futuro incierto. Y hubo magia, la magia del momento de sentir que amas y eres amado. Y hubo dolor, el dolor de saber que el destino no quiso eso para ti.
Y los días siguieron, acompañados de  oscuridad que trajo la noche.  Y los años pasaron sin encontrar la respuesta. Viviendo la ilusión creada. Sintiendo como  marchitaba.  
El mar, los mares, testigos mudos siempre presentes. Dando calor y sosiego o calma y consuelo. La arena, las gaviotas, compañeras fieles de una soledad en compañía. Tu voz en la distancia y yo queriendo saciar un hambre infinito que nunca comprendiste. Las distintas formas de amar, dirían unos. Solo hay una, digo yo.
Nunca se ama en paridad, es utópico. Como utópica es la vida que se desea.
No comprendí tus actos, ni tus palabras, ni tus deseos, que se enfrentaban entre si. Y quizás fue parte de tu encanto. Y volvieron las noches. Y volvieron los días. Y volví a sentir lo que no quería pero necesitaba. Y volví a amar con dolor. Tus ojos me dijeron lo que tu boca calló viendo a Eli Paper Boy. Tus gestos, tus caricias ponían voz a las palabras que nunca dijiste en cada noche de Credence. Calamaro nos defraudó, Malikian nos unió.  La música siempre estuvo y esta presente. Los lugares no son lugares, son notas musicales en el universo de mi mente que provocan sonrisas o llantos.
Es y será así el tiempo que  quede