Puede que el tiempo que pasamos aquí tenga algún sentido, o
que aún no encontrándolo nos aferremos a placebos que nos permitan aguantar y
creer que después de todo esto es una transición hacia otra cosa. Algo parecido
a una larga espera en la consulta de un
dentista, estás deseando salir antes de haber entrado por que sabes que te va a hacer daño y cada
minuto es como un lustro de angustia.
Puede que las trampas que nuestra propia mente nos pone sean
suficientes para distraer lo poco o mucho de racional que nos va quedando. Da
miedo ver la que podría ser la realidad, pero ¿es peor eso que asumirla? Basta
con no pensar…. pero no estamos hechos para eso. Y uno acaba metido en la noria dando vuelta
tras vuelta para acabar en el mismo sitio. Viendo el mismo paisaje. Sintiendo
el mismo dolor. Intentando hace que deje de girar y se detenga en la posición
correcta para dejar de sentirlo. O dejar de sentir, si lo otro es imposible.
Recuerdo a mi padre, al que no fui capaz de comprender hasta
que se fue. Y a mi abuelo al que creí comprender bien en su simplicidad a la
hora de enfrentarse a la vida. Todo es más sencillo si solo te tienes que
preocupar de la subsistencia.
Quizás sea esa la salida. Volver a lo primario, a lo
elemental.
Claro que es muy fácil decirlo desde aquí
1 comentario:
Creo que la gran mayoría no se detiene a pensar en este paso como transición. Yo estoy casi segura de que así es, si no no tendría ningún sentido.
Suele ser bastante banal nuestro acontecer diario como para que ahí quede todo. Creo que tenemos aún muchos misterios por descubrir como es el hecho de cómo llegamos a este mundo, para qué y por qué.
Publicar un comentario